Cien Años de Soledad, por Gabriel Garcia Márquez, usa el lenguaje en una manera impresionante para jugar con el lector y alterar su perspectiva del paso del tiempo. El libro sigue una familia, los Buendias, en un pueblo ficticio que se llama Macondo durante un periodo de tiempo indefinido. Casi cada hombre de la familia tiene la misma nombre, y el tiempo no es linear en la historia. Lo significa que a veces Jose Buendia es el primer hombre de la familia, o el tercer, y no hay señales al lector para indicar en cual periodo la historia exista. También en alguna parte de la historia había una enfermedad que causa la pérdida del recordamiento, que adiciona más desorden al libro. Sin embargo, en el gran desorden de la historia, hay muchos partes pequeños que son escritos magistralmente, y da una razón para continuar leyendo el libro. Es un ejercicio de la mente a terminar el libro, pero al fin se siente recompensado por interpretar esta historia mágica.